Violencia policial es una plataforma que reúne datos actualizados sobre lesiones y muertes producidas por las fuerzas de seguridad argentinas para contribuir a monitorear sus intervenciones y orientar políticas de seguridad desde una perspectiva de derechos humanos.
Datos estadísticos
La cantidad de personas muertas por las fuerzas de seguridad es un indicador muy importante: una policía profesional brinda seguridad con un uso mínimo de la fuerza en situaciones excepcionales.
Un número alto de intervenciones policiales letales podría significar que las fuerzas de seguridad no están bien preparadas o que la violencia institucional es promovida o tolerada por las autoridades y por la sociedad. El análisis pormenorizado de estas muertes –incluso cuando fueron provocadas por un uso legal de la fuerza- debe ser un componente central de las políticas de seguridad orientadas a reducir la violencia social y estatal.
Salvo pocas excepciones, las autoridades no consideran al uso de la fuerza policial como un problema relevante, lo que explica la ausencia de políticas de prevención de este tipo de violencia. La poca información oficial que se produce está dispersa y discontinuada y es de muy difícil acceso. Este déficit de larga data obstruye la construcción de indicadores de desempeño policial desde una perspectiva de derechos humanos. Frente a estas carencias, el CELS realiza desde 1996 una base de datos que registra hechos de violencia letal y no letal en los que participaron funcionarios de instituciones de seguridad.
Personas muertas en hechos de violencia con participación de fuerzas de seguridad.
Capital Federal y Conurbano Bonaerense.

En los últimos años, la cantidad de personas muertas en hechos de violencia con participación de fuerzas de seguridad descendió levemente. En cuanto a les particulares, esta tendencia comenzó luego de un pico en 2014. Respecto de les funcionaries, hace más de quince años que el número se mantiene relativamente estable. De acuerdo con los datos hasta septiembre de 2020, en ambos grupos persiste un núcleo de muertes que el Estado no pudo reducir.
Particulares
Particulares muertes por funcionarios de fuerzas de seguridad, según institución del funcionario interviniente.
Capital Federal y Conurbano Bonaerense.

Salvo durante algunos períodos, históricamente la Policía Bonaerense concentra la mayor cantidad de hechos de violencia letal.
En los últimos años la creación de policías locales profundizó esta tendencia. Al mismo tiempo, a fines de 2016, la puesta en funcionamiento de la Policía de la Ciudad, que recibió a gran parte del personal de la Policía Federal, hizo que las muertes que acumulaba la Policía Federal se repartieran entre dos fuerzas.
Actualmente, las cuatro fuerzas federales (Gendarmería, Prefectura Naval, Policía Federal y Policía de Seguridad Aeroportuaria) son responsables de alrededor de un tercio de las muertes registradas en Capital Federal y Conurbano.
Particulares muertes por funcionarios de fuerzas de seguridad, según edad.
Capital Federal y Conurbano Bonaerense.

El perfil demográfico de quienes murieron por acción de funcionaries policiales y de seguridad en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) muestra que los varones jóvenes son el grupo más afectado por la letalidad policial.
Del total de particulares muertes de quienes existen datos etarios, siete de cada diez eran varones de entre 15 y 27 años. Entre las mujeres, casi la mitad tenía menos de 28 años. Mientras que el 83% de los varones murieron en presuntos enfrentamientos armados, el 40% de las mujeres fallecieron porque el funcionario utilizó el arma sin estar de servicio, haciendo un uso particular de la fuerza policial. Casi siempre se trató de un femicidio.
La Ciudad de Buenos Aires concentra aproximadamente el 20% de la población del AMBA, mientras que el 80% vive en el Conurbano.
El total acumulado registrado de particulares muertes por fuerzas de seguridad se distribuye con esa misma proporción. En los últimos años se observa una tendencia a concentrar mayor proporción de muertes en el Conurbano: desde 2011 cada año los casos registrados en el Gran Buenos Aires representan al menos el 85%. Los valores del último año exacerbaron esta tendencia: fueron 9 de cada 10 casos.